En el corto espacio de muy pocas horas el menoscabo de nuestra justicia acaba de ponernos a prueba con la puesta en escena de una tragicomedia que si no tuviera los protagonista y la importancia que tiene, nos troncharíamos de la risa. En el primer acto un fiscal ataca la libertad de prensa mandando investigar a un periódico por sacar a la luz un caso de corrupción.
Y en el segundo, con un juez como protagonista se produce la suelta de un mafioso chino después del trabajo que ha costado cogerle y todo ello por no haberse aprendido bien su papel. El caso es que el chino a estas horas estará como un niño con zapatos nuevos, hinchándose a pegar saltos en la calle y el juzgador se ha quitado un trabajo de en medio.
Y una vez terminada la función los sufridos asistentes al espectáculo, tendremos que aplaudir con las orejas y seguir tragándonos las nuevas valentías de estos dos actores, a los que nadie ha tenido el arrojo de entregarles, su finiquito.
Autora: ( Bruma )